El de los ojos grandes, extraños, luminosos.
El del cordero en la mirada.
Amigo al que las manos
ya no estrechan, ni los oídos gozan.
Te fuiste con el viento del otoño
y las tardes se estropearon.
A diferencia de las hojas
no volverás en primavera:
verde, hierático, con la sonrisa
que ilumina a quien te llama por tu nombre.
El mundo se ha encogido al tamaño de un arroz.
De noche me apresuro a tejer las gavias
de un velero que me lleve a la otra orilla.
A donde fuiste es imposible hollar el pasto,
las manos de angustia escarban la tierra
en busca de tus huellas.
No cruzaremos más palabras.
Gonzalo Trinidad Valtierra
Lector de tiempo completo. Alumno del taller de creación literaria dirigido por Eusebio Ruvalcaba. Autor de Dios prefiere a los bastardos (Vodevil Ediciones), En la tierra se escuchan gritos (¡Ay, Bacantes!) y compilador de Post data / Post mortem (Vodevil Ediciones). Obtuvo la beca de la FLM en 2015. Ha publicado en diferentes medios, digitales e impresos, cuentos, crónicas, ensayos y algunos poemas.