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David descubre el silencio

No soy como los demás niños.

En mi cuerpo hay historias

que no se han contado

David bajo la lluvia

No quiero decir que me duele la lluvia,

pero me duele y está lloviendo.

Me duele como perdigones,

como chinches, como balas.

Me duele como piquetes de abeja,

como agujas, como un puñado de pirañas.

Me duele como si lloviera

y yo saliera a entregarle

mi cuerpo a las llamas

David para mamá

Haz que me tropiece cuando piense en la muerte,

apágame la vela del santo cuando vaya pasando por ahí,

sueña conmigo en la eternidad

para que yo sueñe contigo aquí, en la brevedad.

Dime que todo va a estar bien mientras me haces llegar

un guie’ chachi hasta mis pies,

amárrame las agujetas para que no me caiga

mamá

David y la muerte

Acerca de la muerte

se han escrito muchas teorías

y he pensado en ellas

como se piensan los planes

bajo la lluvia.

Dicen que cuando un plan se piensa,

se invoca, se hace más corta la llegada.

Yo he pensado en morir joven,

en cavar mi tumba con mis propias manos

y encargar las flores para que mi cuerpo

no huela a silencio.

Pienso, mientras digo mi nombre,

que la muerte es como un último beso

que se da sin saberlo.

Cuando yo me muera, habitaré las nubes.

Pero primero, lo primero,

no pienso irme sin decir 

te quiero, ya me voy,

adiós

David

Sin embargo aquí estás,

te paseas por las entrañas de mi cuerpo

y amanecen mis ojos con la última lágrima que dejaste.

Tú me dijiste un día:

“me voy a aparecer bien aparecido”.

Nunca supe si fue amenaza

o la promesa de que pronto

dejaría de estar sola.

Pero tiendo las sábanas de mamá,

repaso el momento en que tus manos

se hicieron diminutas,

y ya no eras la amenaza ni la promesa,

sino un bultito huérfano que alguien debía cargar

con los brazos más tiernos del universo.

Venías del silencio,

y ahora que eres el viento,

pasos sobre la hojarasca,

el tinnitus que no quiero que se vaya,

recuerdo tu única palabra enunciada,

la repito como si fuera tu eco,

me levanto de la cama,

hago a un lado tus navajas,

y me animo a salir

cuando afuera llueve.

Alba Magariño Saynes (1992)

Juchitán, Oaxaca.

Poeta y gestora cultural. Es licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericanas, cofundadora del festival de mujeres artistas «Gunaa Ruzani» (Mujer que alumbra) y del Encuentro de Mujeres Poetas en el Istmo de Tehuantepec. Se dedica a la corrección de estilo de forma independiente y es tallerista de escritura creativa, sensibilización artística para niñes y escritura resiliente para mujeres.

Ha publicado en revistas y fanzines de circulación local, nacional y virtual. Actualmente labora como Enlace estatal del estado de Oaxaca en Semilleros Creativos del programa federal Cultura Comunitaria.

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