El sitio más lejano de la tierra Observo fotografías sacadas de una Kodak en 1996. Me veo sentado en las rodillas de mi abuelo frente a cervezas sobre una mesa de vidrio. Mis ojos se fijan en algo fuera de la imagen. Tengo más de 30 años y aún no sé conducir De cualquier modo, hay una infinidad de formas para hacerse pérdida total, carrocería desvencijada a más de 190km/h en este movimiento y suspensión que implica ser el cuerpo de una historia. Len Howard hunde las manos en la ventana cosecha trinos y plumas enfermas noticias en forma de aleteos el silencio posterior a un derrumbe tanques de guerra más allá de los árboles El puente de Lee Miller yo también vi al gigante travesar el edificio iba herido de bala y esquirlas derrumbándose lee miller apretó el obturador justo al pensar en parques que se quedaron sin niños El futuro Cuando lo encontramos ya estaba roto. La historia llegó antes. Nada pudimos hacer por el moribundo. Mil doscientos setenta y siete poemas Hasta el día de hoy he leído 1277 poemas. Comencé a inventariar hace tres años, una tarde en la que me pensé idiota, porque descubrí que en toda lectura me doy de cara con lo mismo. Dije: eres un idiota, no puede ser que entre las palabras, bajo los versos, sobre las estrofas, en los sonidos, imágenes y recortes, interviniendo al texto, expandiendo al texto, en los blancos, en los rincones de las metáforas, siempre encuentres, difuminada, una casa sin habitantes, apenas azul, con cajas en los cuartos, amaneciendo, sola y lista para la mudanza; una casa desconocida, en la que nunca estuviste, pero a la que necesitas regresar.
Jorge Orlando Correa (Chetumal, Quintana Roo, 1992). Estudia la licenciatura de lengua y literaturas hispánicas en la Universidad Veracruzana. Autor del libro de cuentos Ya no hay fechas importantes (Pinos Alados Ediciones, 2020). Textos suyos aparecen en medios físicos y digitales como Punto de partida y Grafógrafxs, entre otros. Escribe periódicamente cuentos y poemas en el blog Depósito de olvidos.