Ocho poemas de El lado cóncavo de la luz Soy la suma de los que no soy. Permanezco en el lado cóncavo de la luz junto a las termitas y los cantos. Los gallos desdoblan el reverso de la madrugada. El nombre es un muerto ajeno. Su ausencia viene del camino luminoso en ciudades de otros. Y un arbusto cogía lumbre para el paso de las horas. Tuve miedo y del miedo brotó mi nombre como un llanto de espadas desdentadas que tejiesen la realidad del lustro siguiente al advenimiento de la muerte. El nombre es una grieta desnuda. Mar de falacias arrancándose las ropas a todas horas. Cloro que quema la pupila del silencio y sus esquinas. Canta su poema de barro y sangre mientras extiende alas y flota. Como la mujer, como yo, como todo. En el sueño de madre no salgo a cuadro. Es Rosario la que baila. La hermana, la hija muerta del insomnio, baila. “He aquí al último hijo de Eva” pienso. He nacido del ombligo de la angustia. En el sueño camino a solas por la casa a oscuras. El silencio repite el presentimiento de la caída. En segundo plano, Julieta cae interminablemente por un barranco de hojas secas donde no existe el tiempo. Despierto con el llanto calzado hasta los huesos y nada. En el sueño de padre mil lenguas hablan mi lengua. Su pecho se robustece como un pan en el momento exacto de los fuegos. Entonces chasqueo los dedos y los párpados se me inflaman de auroras. Padre y yo somos uno en el idioma transversal del mundo. A orillas del arroyo el niño jugará a construir mandalas con caracoles vacíos. Cuando termine, el arroyo habrá dejado de ser él mismo. Veinte años después tuve sexo con una sirena en el mismo sitio. Camina la mujer flotando sobre flores blancas. En el lomo resplandeciente de la mañana un aura inefable envuelve las manos des- concertadas del reloj. Perfumes angélicos adornan el parto de la tarde. La mujer también soy yo y levito desde el principio de los días.
LUIS ENRIKE MOSCOSO (Villaflores, Chiapas, México; 1984). Poeta, editor y artista visual. Ha cursado estudios de Ética, Antropología y Artes Visuales, así como diversos cursos y talleres de apreciación y producción visual y literaria. Ha publicado: Matar los Cuervos del Alma (2012), Brujulario (2013), Radiografía de un Crustáceo (2017), Sinfonía de la Dislexia (digital, 2020) y Derogación del Tedio (2022). Además, ha sido incluido en antologías en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, India y España, así como en revistas digitales en México, Centro y Sudamérica. Parte de su poesía se ha traducido al inglés, francés, portugués y otomí. Actualmente es director general de Espantapájaros Editorial, miembro del colectivo cultural Punto de Fuga y del taller literario del poeta Óscar Oliva.