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Los títulos más recientes del autor mexicano

Dice el también poeta, narrador y crítico Eduardo Ismael: “Arena gira entorno a diversas tradiciones: va de la copla, a la canción popular, lo mismo que deambula con el Haiku; donde la brevedad y la concreción de elementos de la vida cotidiana y su relación con la naturaleza, en especial las estaciones del año, pretenden transmitir al lector una sensación de simpleza trascendental que se concreta mientras van pasando los versos.” «Quizá los recuerdos de un poeta sean más que todos los granos de arena que hay en una playa. Arena, del poeta Jesús Rito, guarda en cada poema una estampa sencilla, un recuerdo pasado por sal, coco, mango, tortugas, peces, palmeras y mucho sol.»:

De azul pintaremos nuestra casa:

las puertas, las ventanas, el techo, la sala…

para que la frescura nos ahogue

y un día encontremos peces globos flotando en el jardín,

alguna tortuga extraviada pidiendo asilo,

un calamar pegado en la ventana,

cangrejos trepando con todas sus tenazas al sillón de la sala,

un pulpo recostado en la hamaca.

¡Qué falta de respeto!

“40 días en el desierto”

Aunque aquí también hay arena, no es de la playa sino del desierto: un escenario más adverso que da pauta a una serie de reflexiones a su vez más difíciles e íntimas. Dice Luis Parra:  «40 días en el desierto» «es un trabajo particular dentro de la obra de Jesús Rito García. No es festejo erótico ni presencia, no hay felicidad ni aprecio por la imagen, sino acaso ambulantaje en la angustia del destierro. La constante es la sequía del desierto, la fotografía de un calor agobiante que no tiene otra razón de ser más que la voluntad de los misteriosos caminos que imponen la fortuna al hombre. La huella de esos caminos insondables en el corazón.  La sed del desierto, su naturaleza espinosa, la desesperanza de sus fantasmales habitantes, a los que el autor festeja, acostumbrados a su pesadumbre, al agobio del calor que no permite articular belleza ni celebrar con una estética falsa que no podría existir en ese entorno. Rito se encuentra solo en ese desierto, refugiándose de sus propios pesares, de la azarosa naturaleza que lo llevó ahí, tan lejano de su mar, en una pequeña recámara que es más caliente y desoladora que el océano de arena que la rodea. Dentro de esa desesperación, navega en su interior en busca de esa ausencia, del mar que tanto anhela. Dentro de estos poemas está encerrado el pesar de ese tiempo en el desierto. Pesar que comparte con los padres que han perdido a sus hijos de la forma más cruel y absurda. El logro no viene entonces de la belleza de la imagen, sino de su sinceridad y del reflejo del silencio en ese vacío inclemente y caluroso.  Jesús Rito puede reflejar esa aridez no por su capacidad estética, o la extensa lectura como práctica deportiva de la poética, sino que es un logro doloroso, producto de la premonición de la ausencia de su propio niño. El poeta maduro se encuentra con un clima hostil, donde en cada línea, paga también el precio de la inocencia ya perdida hace algún tiempo.»

ABC

Pulula en el aire del desierto

un canto lejano en una lengua muerta:

ABC…

ABC…

Como una oración trunca

fueron las primeras letras

del abecedario olvidado,

del humo amargo de la muerte,

del llanto negro de los padres:

ABC…

ABC…

dice en mi imaginación

ese canto eudeve,

triste y lejano.

Se elevó la muerte tan alto, tan alto…

y todos saben de dolor,

y todos tienen en sus venas la furia de ese potro salvaje

que corre entre sus calles solitarias.

ABC…

ABC…

quise cantar en lengua eudeve

a mi niño del desierto

y nadie más escuchó,

ni escuchará mi oración.

Pero ahí está

nuestro llanto,

y el recuerdo que nos hace despertar con rabia

y decimos con los dientes apretados:

ABC…

ACD…

y confundimos todo.

Yo estuve en la casa del dolor,

ahí, donde cuelga el retrato de una niña que ya no está,

que no pude ver de frente,

por pena,

por miedo,

por rabia,

qué sé yo.

Ahora, otros niños juegan alrededor de la mesa;

y ella, desde su marco de madera los observa

y canta con ellos…

ABC…

ABC…

sal conejo de tu madriguera…

y ellos responden:

el conejo no quiere salir de ahí…

ABC…

ABC…

repito la oración del pueblo eudeve

que nadie recuerda,

que nadie conoce;

y mi voz

se pierde en el aire caliente del desierto,

donde un día

lloré por tantas almas juntas,

que no pude abrazar al mismo tiempo.

ABC…

ABC…

canta mi corazón a la distancia. 

Jesús Rito García (1980) Poeta, editor y traductor, originario de Tehuantepec, Oaxaca. Aunque nació el 31 de diciembre en la Isla de Cedros, Baja California; debido a que sus padres vivieron por algunos años en ese lugar. Ha publicado los libros: Recuerdos que no emigran, Pharus / Praxis, 2008; Bahía de los poetas, Ministerio de Cultura del Perú / Summa editorial, 2017. Es promotor de los proyectos: Editorial Pharus, Maratón de Poesía de Oaxaca y la Biblioteca “Juan Rulfo” de San Juan Luvina. Actualmente es catedrático de la Facultad de Idiomas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.

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