Juventino Gutiérrez Gómez
Baco:
te entrego a Teresa
con sus arrítmicos pasos,
con sus ojos heridos de neuropatía,
con su voz nómada de mis oídos,
con su ternura siempre
en el sonido de las botellas.
Por favor, Baco, apiádate de ella,
déjale beber en tu reino
como sólo a los dioses les es permitido.
Comentarios recientes